Microcopy y usabilidad

Jorge Fuente
3 min readNov 12, 2019

Lo primero que llama la atención cuando se empieza a profundizar en el UX writing es la escasez de materiales que se puede encontrar sobre esta disciplina. Tal vez esta escasez se derive de que la mayoría de diseñadores UX tengamos un trasfondo de diseño plástico, y por lo tanto tendamos a favorecer la comunicación visual sobre la escrita.

Popularidad del UX writing en las búsquedas de Google

Este artículo pretende ser una lanza partida en favor del papel que cumplen los elementos textuales en el diseño de productos digitales, así como una breve introducción a algunos de sus principios fundamentales.

¿Qué es el UX writing?

El UX writing es una disciplina que se encuentra a medio camino entre la estrategia de contenido y el diseño de interacción, ya que se ocupa de todos los textos que dotan de funcionalidad y una personalidad propia a los productos digitales.

Siguiendo esta definición, podemos distinguir dos funciones dentro del UX writing:

- El copywriting, que dota al producto de una personalidad propia.

- El microcopy, o la redacción de textos puramente funcionales que permiten el uso del producto.

En esta ocasión nos centraremos en la segunda de estas disciplinas y su relación con la usabilidad.

¿Cómo afecta el microcopy a la usabilidad?

En términos generales un buen microcopy mejora la usabilidad, lo cual se logra cuando permite reducir la fricción de uso de una forma coherente y personal. Analicemos detenidamente lo que implica esta definición.

En primer lugar, el texto debe ser un elemento necesario para el uso, ya que de lo contrario estaría incrementando la cantidad de información que el usuario debe procesar sin aportar un valor significativo. En caso de duda, podemos eliminar el texto y comprobar si la funcionalidad se sigue comprendiendo.

Por otro lado, la escritura debe ser simple y concisa, buscando que cualquier usuario pueda comprender el mensaje, sin tecnicismos innecesarios ni palabras rimbombantes.

El contenido del microcopy también es algo relevante, ya que debe aportar una información de valor y accionable. Por ejemplo, en el caso de una notificación de error, el mensaje debería explicar siempre qué ha pasado y cómo puede solucionarse el problema.

En cuanto a la coherencia, resulta inevitable hacer referencia al cuarto principio heurístico de Nielsen (“Consistencia y estándares”). En la redacción de textos funcionales también existen estándares extendidos que son fácilmente reconocibles por los usuarios. Pensemos, por ejemplo, en los botones “Aceptar” y “Cancelar”.

Pero la coherencia no sólo hace referencia al seguimiento de estándares externos al proyecto, sino también a la creación de una consistencia interna en el uso del lenguaje. Así, si en nuestro proyecto estamos empleando el término “Entrar” para logearse, resulta lógico que empleemos la palabra “Salir” para su opuesto, y no “Desconectarse” o “Cerrar sesión”. Para mantener esta coherencia puede resultar muy útil la construcción de un esquema de vocabulario en el que las distintas palabras estén relacionadas entre sí.

El propio componente que estamos utilizando también aporta su semántica, que debería concordar con el texto que le acompaña. Un botón, por ejemplo, es un elemento de interacción que ejecuta una acción. Por este motivo lo lógico es que el texto que lo acompañe esté construido en torno a un verbo. Sin embargo, un hipervínculo es un elemento de navegación que nos dirige a un lugar concreto, por lo cual su texto estará basado en un sustantivo que describa el destino de la forma más concisa posible.

Para finalizar, señalemos que aunque los textos de microcopy deben ser asépticos y funcionales, también deberían ser acordes con la personalidad del producto. La relación con los usuarios debería ser lo más parecida posible a una conversación, y los términos que guían cada paso estar acordes con el tono de la misma. Así pues, deberemos ser conscientes de si nuestra aplicación se dirige de tú o de usted a los usuarios, si es informal o contenida, si es técnica o divulgativa. A la hora de definir estos rasgos de la conversación puede resultar útil elaborar un perfil con la personalidad que queremos imbuir en la aplicación, y usarlo como referencia a la hora de redactar los textos.

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